Antecedentes
El 3 de enero de 1980, varios Estados Miembros solicitaron una sesión urgente del Consejo de Seguridad para examinar la situación en el Afganistán y sus consecuencias para la paz y la seguridad internacionales. El Consejo se reunió del 5 al 9 de enero de 1980, y el 9 de enero, en vista de la falta de unanimidad entre sus miembros permanentes, decidió convocar un período extraordinario de sesiones de emergencia de la Asamblea General para examinar la cuestión (resolución 462 (1980)).
El tema fue incluido en el programa del trigésimo quinto período de sesiones de la Asamblea General, celebrado en 1980, a solicitud de 35 Estados Miembros (A/35/144 y Add.1). En ese período de sesiones, la Asamblea aprobó una resolución sobre el tema (resolución 35/37).
En sus períodos de sesiones trigésimo sexto a cuadragésimo sexto, la Asamblea prosiguió el examen del tema (resoluciones 36/34, 37/37, 38/29, 39/13, 40/12, 41/33, 42/15, 43/20, 44/15, 45/12 y 46/23).
En sus períodos de sesiones cuadragésimo séptimo a cuadragésimo noveno, la Asamblea General decidió aplazar el examen del tema e incluirlo en el programa provisional de su período de sesiones subsiguiente (decisiones 47/475, 48/503 y 49/501).
En sus períodos de sesiones quincuagésimo a sexagésimo, la Asamblea General examinó el tema junto con la cuestión de la asistencia internacional de emergencia para la paz, la normalidad y la reconstrucción del Afganistán asolado por la guerra (resoluciones 50/88, 51/195, 52/211, 53/203, 54/189, 55/174, 56/220, 57/113, 58/27, 59/112 y 60/32).
En su sexagésimo primer período de sesiones, la Asamblea General, expresando su firme compromiso respecto de la aplicación del Pacto para el Afganistán y sus anexos (S/2006/90, anexo), la comunidad internacional, reconociendo la necesidad urgente de hacer frente a los desafíos que se planteaban en el Afganistán, que incluían las amenazas terroristas, la lucha contra los estupefacientes, la falta de seguridad, especialmente en el sur y el este del país, la disolución completa en toda la nación de los grupos armados ilegales y el desarrollo de las instituciones afganas de gobierno, el fortalecimiento del estado de derecho, la aceleración de la reforma del sector judicial, el fomento de la reconciliación nacional, sin perjuicio del cumplimiento de las medidas aprobadas en la resolución 1267 (1999) del Consejo de Seguridad y en otras resoluciones pertinentes, y un proceso de justicia de transición dirigido por los propios afganos, el regreso seguro y ordenado de los refugiados y desplazados internos afganos, la promoción y protección de los derechos humanos, y el impulso del desarrollo económico y social, y expresando su firme apoyo a la función central e imparcial que seguían desempeñando el Secretario General y su Representante Especial en la consolidación de la paz y la estabilidad en el Afganistán, exhortó al Gobierno del Afganistán a que, con la asistencia de la comunidad internacional, siguiera haciendo frente a las amenazas para la seguridad y la estabilidad del Afganistán que representaban los talibanes, Al-Qaida y otros grupos extremistas, así como a la violencia delictiva; destacó la importancia de que se cumplan los objetivos del Pacto para el Afganistán, con el apoyo de la comunidad internacional; subrayó la necesidad de completar la Estrategia nacional de desarrollo del Afganistán lo antes posible e instó a la comunidad internacional a que apoyara activamente ese proceso; y pidió al Secretario General que, durante su sexagésimo primer período de sesiones, le presentara cada seis meses un informe sobre la evolución de la situación en el Afganistán, así como sobre los progresos logrados en la aplicación de la resolución (resolución 61/18).
La cultura de Afganistán
está influenciada principalmente por el Islam, pero también por el Hinduismo, el Budismo y el Zeroastrianismo. Esto se debe a que Afganistán ha sido un lugar de paso para India, Irán y Asia Central, influenciando así su cultura.
El museo más grande del país, Museo Nacional de Kabul, destacaba por su colección de objetos antiguos budistas. Durante la ocupación soviética, sus piezas más valiosas, fueron trasladadas a la URSS, pero hoy en día se desconoce donde se encuentran. El Museo fue saqueado y bombardeado en 1993.
Casi todo el arte de Afganistán se encuentra en el Museo de Kabul. Otras formas de arte en Afganistán son, la música y la poesía.